ENSEÑAR LA CULTURA DEL APRENDIZAJE NO DE LA ENSEÑANZA EN LOS ESTUDIANTES HACIENDO USO DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA COMUNICACIÓN Y LA INFORMACIÓN.
El
acceso a una educación de calidad, en tanto derecho fundamental de todas las
personas, se enfrenta a un contexto de cambio paradigmático al comenzar el
siglo XXI. El desarrollo que han alcanzado las TICs (Tecnologías de la
Información y la Comunicación) en los últimos años demanda al sistema
educacional una actualización de prácticas y contenidos que sean acordes a la
nueva sociedad de la información.
Esta
actualización implica en primer lugar un desafío pedagógico, para incorporar
las TICs al aula y en el currículum escolar, la adecuación de la formación
inicial y en servicio de los docentes, y políticas públicas que aseguren la
implementación sistémica de reformas que impacten en los sistemas educativos de
manera integral, lo que incluye asegurar la cobertura y calidad de la infraestructura
tecnológica (hardware, software y acceso a servicios de información y
comunicación). Junto con esto, las TICs también presentan potenciales
beneficios para mejorar la gestión escolar, lo que implica además preparar a
directivos y administrativos en estas nuevas tecnologías.
La
experiencia de incorporación de tecnologías en los sistemas educativos de
América Latina y el Caribe en los últimos veinte años ha mostrado poco efecto
en la calidad de la educación. Parte de ello se explica porque la lógica de
incorporación ha sido la de la “importación”, introduciendo en las escuelas
dispositivos, cables y programas computacionales, sin claridad previa acerca de
cuáles son los objetivos pedagógicos que se persiguen, qué estrategias son las
apropiadas para alcanzarlos y, sólo entonces, con qué tecnologías podremos
apoyar su logro. El resultado es que las tecnologías terminan ocupando un lugar
marginal en las prácticas educativas, las que siguen siendo relativamente las
mismas que había antes de la inversión. La falta de evidencia sobre el efecto
de las tecnologías se relaciona también con las limitaciones que tienen los
propios sistemas de medición de la calidad, fundamentalmente restringido a test
estandarizados en algunas materias.
Dos
dimensiones aparecen entonces como especialmente relevantes para el desarrollo
de un nuevo paradigma educativo en las escuelas de América Latina y el Caribe:
la renovación de las prácticas educativas y las estrategias asociadas a la
medición de los aprendizajes. En ambas dimensiones, las TICs nos plantean
desafíos al tiempo que nos ofrecen oportunidades de apoyo para la
implementación de esos cambios.
Lo
que se debe proponer son ideas para el diseño de este nuevo paradigma educacional,
que ponga en el centro de su quehacer el aprendizaje de cada estudiante, el
desarrollo de su máximo poten- cial, de manera que cada uno pueda hacerse parte
y contribuir al desarrollo de sociedades más justas, democráticas e integradas.
Las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) han tenido un desarrollo
explosivo en la última parte del siglo XX y el comienzo del siglo XXI, al punto
de que han dado forma a lo que se denomina “Sociedad del Conocimiento” o “de la
Información”. Prácticamente no hay un solo ámbito de la vida humana que no se
haya visto impactada por este desarrollo: la salud, las finanzas, los mercados
laborales, las comunicaciones, el gobierno, la productividad industrial, etc.
El conocimiento se multiplica más rápido que nunca antes y se distribuye de
manera prácticamente instantánea. El mundo se ha vuelto un lugar más pequeño e
interconectado. Para bien y para mal, las buenas y las malas noticias llegan
antes: los hallazgos de la ciencia, nuevos remedios y soluciones, descubrimientos
e innovaciones, pero también las crisis económicas, las infecciones, nuevas
armas y formas de control.
La
omnipresencia de las TICs es al mismo tiempo una oportunidad y un desafío, y
nos impone la tarea urgente de encontrar para ellas un sentido y uso que
permita desarrollar sociedades más democráticas e inclusivas, que fortalezca la
colaboración, la creatividad y la distribución más justa del conocimiento
científico y que contribuya a una educación más equitativa y de calidad para
todos. “El rápido progreso de estas tecnologías brinda oportunidades sin
precedentes para alcanzar niveles más elevados de desarrollo. La capacidad de
las TICs para reducir muchos obstáculos tradicionales, especialmente el tiempo
y la distancia, posibilitan, por primera vez en la historia, el uso del
potencial de estas tecnologías en beneficio de millones de personas en todo el
mundo” (Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, 2003).
América
Latina y el Caribe han ocupado un lugar de vanguardia en los últimos años,
presentando el crecimiento más rápido del mundo en las tasas de incorporación
de tecnología y conectividad BID, 2012), aun cuando todavía le queda un largo
camino que recorrer para asegurar un acceso equitativo y universal. Hasta
ahora, no ha sido sencillo conectar esta enorme inversión y avance con un mayor
y más justo desarrollo o, en el caso de
11
2
• contexto
Los
sistemas educativos, con mejores resultados de aprendizaje de sus estudiantes.
La
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
UNESCO, ha recibido el mandato de sus Estados Miembros para abordar los temas
clave, las tensiones y las posibilidades al alcance de las políticas públicas
que permitan aprovechar el potencial de las TICs a favor de la educación y el
desarrollo. En esta línea, la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para
América Latina y El Caribe -OREALC/UNESCO Santiago- ha identificado dos áreas
de desarrollo prioritario, con el objetivo de que estas tecnologías contribuyan
al mejoramiento sistémico de los sistemas educativos a favor de la Educación
para Todos: a) Nuevas prácticas educativas y b) Medición de aprendizajes.
El
presente documento profundiza en ambas áreas y es parte de un continuo de
reflexiones que se han realizado en la región y en el mundo. Antecedentes
directos son el Marco de Competencias para los Docentes en Materia de TICs de
la UNESCO (2011), los resultados del Encuentro Preparatorio Regional de las
Naciones Unidas celebrado en Buenos Aires, Argentina (mayo 2011), en que se
publicó el documento titulado “Educación de calidad en la era digital: una
oportunidad de cooperación para la UNESCO en América Latina y el Caribe”, así
como el seminario internacional denominado “Impacto de las tecnologías de la
información y las comunicaciones (TICs) en la educación” realizado en Brasilia
(abril 2010), donde se reconoció que la revolución digital es irreversible y
que los gobiernos deben ser alentados a formular políticas con el fin de
incorporar las TICs de manera más integral en los planes curriculares. También
recoge de manera significativa el trabajo de otros organismos internacionales
(World Bank, BID, OECD) y la experiencia concreta de los gobiernos de la región
en la implementación de programas e iniciativas para el uso educativo de las
TICs.
¿Cómo
pueden aportar la tiCS al desarrollo de una educación relevante que considere
el aprender a conocer, el aprender a ser, el aprender a hacer y el aprender a
vivir juntos?
Aprender
a conocer: las TICs como medio de información, de acceso al conocimiento y a la
revisión (evaluación y selección) de fuentes diversas, como posibilidad de
conocer el mundo global y como herramienta para construcción de nuevo
conocimiento (colectivo).
Aprender
a ser: el uso ético de las TICs, las TICs como medio de expresión, de
generación de la “propia palabra”, de protagonismo y participación enfatizando
el respeto y la educación para la paz como enfoques básicos que guían los
intercambios.
Aprender
a hacer: la contribución de las TICs en la construcción de soluciones o
resolución de problemas. Desarrollo de distintos tipos de producciones a través
de las TICs (creaciones audiovisuales y otras); el aporte de las TICs al
desarrollo de la creatividad.
Aprender
a vivir juntos: las TICs como medio de comunicación, nuevamente el uso ético de
las TICs, las redes sociales, el trabajo cooperativo, las producciones
colectivas, espacios de participación social, desarrollo de ciudadanía, entre
otros, todo lo cual aporta a la cultura de la paz. En este sentido, el uso de
TICs en educación no implicaría sólo promover el intercambio e interacción,
sino que debe contribuir a visibilizar y valorar la diversidad cultural desde
un enfoque de derechos humanos.
Algunas
preguntas en relación a las Tics
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• tics ¿Para Qué?
b)
¿Cómo pueden contribuir las tiCs al desarrollo de propuestas pedagógicas
pertinentes?
-
En contextos altamente diversos y desiguales no puede haber una única
respuesta, sino múltiples para responder a las necesidades educativas de todos
los estudiantes.
-
Considerar las respuestas diversas tanto en los “contenidos” de las TICs como
en sus soportes o dispositivos (por ejemplo computadoras adaptadas para
personas con discapacidad).
-
Las TICs pueden ser una herramienta útil para diversificar la enseñanza y el
aprendizaje.